14 julio 2011

"La copa de los Gumabras" (cobertura especial)

Inicia el camino hacia la Copa Q12

“Los niños y las niñas somos iguales”. Fue una de las frases que Lucía Erazo, madre y entrenadora de la Liga Barrial Eloy Alfaro, dijo a sus pequeños futbolistas. El estadio del Aucas, ubicado en las calles Moromoro y Malvas, al sur de Quito, se llenaba de 5000 niños que con unos pupos, camisetas, balones y una sonrisa en su rostro, ingresaban en la cancha del estadio.

Lucia, jugaba en el equipo femenino de La Liga Deportiva Universitaria, se retiró de las canchas porque tuvo su hijo a quien dice le hará un gran futbolista. “Las niñas son más dóciles… a veces juegan mucho mejor que los niños”, dice con una mirada fija en sus “chiquitos” como ella los llama. Uniformados con una camiseta roja y pantaloneta blanca prestan atención a su entrenadora quien les dice que el domingo no fallen porque jugarán contra la liga barrial de Solanda.

Livia Mera, la única niña del equipo, juega en la posición de volante, tiene once años y sus compañeros dicen “se nota que es buena jugadora”. Livia cuando le vio jugar a su padre con su hermano dijo “ese deporte me gusta”, desde ese momento no deja las canchas y anhela quedar campeona. De ser así ella y su equipo participaran del campeonato nacional sub 12 que se jugará en Manabí como representantes de la provincia.

El reloj marcaba las 11h00 los niños y niñas corren con sus padres para llevarse un recuerdo en las cámaras fotográficas de quien ideó la primera copa de futbol barrial mixta sub doce, Augusto Barerra, alcalde metropolitano Quito. Quien brindó de igual manera consejos a los niños y niñas presentes.

La idea fue discutida -comenta- el ingeniero José Cruz entre los organizadores zonales a finales de enero de este año, se maduró la idea y el domingo se inauguró la primera copa de los guambras. El municipio invirtió 160mil dólares para desarrollar el evento, “tuvimos que compaginar los colores y repartir 250 uniformes 20 para cada equipo”. El gasto de arbitraje, las canchas, las vocalías corren también por cuenta del municipio.

Pablo Proaño, otro de los jugadores dice que es muy bonito jugar fútbol porque aprende a trabajar en equipo. “Mi profe es muy buena persona”. Piensa seguir entrenando para ser un gran futbolista en el Nacional de quien es hincha.

Los globos azules y rojos, el confeti y las miradas hacia el cielo. Se retiran uno a uno hacia sus busetas. Unas medallas adornan los cuellos de los niños y niñas que a partir del domingo jugaran como mínimo cinco partidos durante las 8 semanas del verano restantes.



Liga Barrial de La Lucha de Los pobres

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